LOIRA llegó a la perrera con el fémur fracturado. Sus anteriores propietarios, por ser educados y llamar de alguna forma a estas «personas» la tiraron por la ventana un buen día …. fue un milagro que la perra sobreviviera tan solo con una pata destrozada.
Loira ha necesitado tres cirugías para reconstruir el hueso de su extremidad posterior y muuuchos meses de rehabilitación para ser capaz de andar de nuevo a 4 patas.
Pero finalmente lo hemos conseguido, gracias a los cuidados de su casa de acogida Loira va curando las heridas del cuerpo y del alma.
Sigue siendo una perra asustadiza, pero ha avanzado muchísimo desde que la rescatamos. A pesar de las malas experiencias que Loira tuvo con los humanos, sigue siendo una criatura muy amorosa, dulce y agradecida. Obediente, inteligente, se adapta fácilmente a nuevas rutinas y nuevos entornos. Es extremadamente limpia en casa y nunca rompe nada si se queda sola. ¡Una perrita única que nos da cada día una lección de superación!!!